Técnica: actores sobre piso de madera encerado.
Exposición: máxima.
Salón negro.
22 de febrero, 2008.
sábado, 23 de febrero de 2008
Dealing with mortality
Esta mañana me he levantado con un dolor en la cabeza. No un dolor de cabeza, sino un dolor en una parte de la cabeza. Del cráneo, vaya. Tengo una hinchazón alojada sobre el parietal derecho. Una saliente. Algo. Duele. Está rojo. Podría ser desde un barro hasta una hernia (ajá, una hernia parietal... ja). It's swollen. It aches. Espero no morir hoy, pero si eso sucediera, tengan a bien recordarme de vez en cuando. Ni tanto ni tan poco. Sólo de vez en cuando.
Esto es un mero tránsito.
No estoy acostumbrada a sentirme mortal.
Have to learn to let go.
Let go.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 11:31 0 comentarios
viernes, 22 de febrero de 2008
Quisiera saber
si alguno de ustedes compra autopartes robadas, en especial autoestéreos. En tal caso, a esa persona le pediría que prestara mucha atención, porque en el mío iba el disco de Monocordio que recientemente alabé en este blog. Escúchalo, disfrútalo, ponte de buenas. Yo estoy de buenas, a pesar del hurto del que he sido objeto. También se robaron mi saco de pana café (ya sé, era horrible y me quedaba grande, pero con ese saco viajé por Austria) y todas mis listas de asistencia, apuntes, notas, copias y programas de mi clase de Ética, que viajaban en una carpeta de hermosos colores. Es una lástima. Aunque, por otra parte, mis alumnas deberían estar agradecidas: todas sacaron un democrático 8 en este periodo.
Al ladrón, mis respetos. Abrió y cerró mi coche (lo dejó con el seguro puesto: no fuera que alguien se lo quisiera llevar), dejó todo en orden y no me dio cristalazo. Una joya de persona. Una joya. Y lo digo sin ironía.
Línea Cinemex (por aquello del FICCO): 5257 6969
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 10:52 1 comentarios
miércoles, 20 de febrero de 2008
No sólo el cesto de basura del baño
se desborda de papeles.
**
Mi angustia crece cada vez que me llega un estado de cuenta, un recibo telefónico, un aviso del SAT. Papeles y más papeles que no sé dónde poner ni cómo ordenar. Los importantes, los pierdo. Los que no sirven están perfectamente archivados. Odio los papeles. No sé si también odio las cartas. Ni un fin de semana más sin limpiar este desmadre. Este desmadre... sigh... He llegado a pensar que el desmadre y yo somos una unidad. Cuando llego a esa conclusión, no sé si siento alivio o coraje.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 08:29 0 comentarios
Luz y movimiento
A veces amo la tecnología. A veces hasta me congratulo por haber pagado un poquito más para que me dieran un celular con una camarita bien fregona cuando contraté mi plan "no ending". Ésta es una de esas veces.
El chiste del video es que quería mostrar la versatilidad móvil de ese reflejo rojo, que parece ojo de lagarto (o de falso camaleón medio enmariguanado). Pueden ver desde su gestación, del lado izquierdo de la imagen, como un simple puntito blanco. Admiren su tridimensionalidad. Es... poesía natural. Y, por cierto, disculpen al camarógrafo: su pulso no es muy bueno. La música de fondo es Monocordio. Ah, cómo me pone de buenas ese disco, y también el wey solito (Fernando Rivera Calderón), o cuando está con su Palomazo Informativo. Sí, sí. Esas cosas me divierten mucho.
Enjoy, although in lo-res.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 07:01 1 comentarios
Una pregunta en mi cabeza (y su respuesta)
Por lo general, me pregunto aquellas cosas que pienso que la gente debería preguntarme y no lo hace. Preguntas como "¿Te gustan las sandías?", "¿Hasta qué edad crees que vivirás?", "¿Podrías vivir en Alaska?", "¿Cuántos gatos has tenido a lo largo de tu vida?", "¿Sueles beber vino antes de la Cuaresma?" Ya saben, cosas por el estilo.
Hoy apareció una nueva pregunta en mi mente. O, mejor dicho, reapareció. Ésta es: "¿Por qué, si eres editora de una revista de cine, rara vez hablas sobre películas en tu blog?" A mi yo interno le he respondido así: "Porque aquí me siento libre".
Y sí, me gustan las sandías, sobre todo en temporada de calor.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 07:00 3 comentarios
martes, 19 de febrero de 2008
Atardecer sobre Periférico (parte sur)
Desde el estacionamiento de conocido centro comercial, a donde he venido a hacer tiempo en lo que C. sale de una cita. La lluvia, los reflejos y toda la atmósfera en conjunto me pareció un buen augurio. Dentro de poco veré si realmente lo fue.
**
Sí, fue un buen augurio. Todo salió a pedir de boca, y todavía mejor. Confíen en los fenómenos luminosos y no se equivocarán.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 17:01 0 comentarios
Visitante de este blog
Sírvase pasar a votar. Siéntase como en su casa. Manifieste sus opiniones. Deje sus comentarios. Hable con Tinajero. Compre sus boletos. Cuéntenos un buen chiste. Invítenos a alguna fiesta. Ya sabe que aquí lo queremos, y lo queremos bien.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 14:33 1 comentarios
lunes, 18 de febrero de 2008
Visiten esto
Hitlercito semanal. Estos muchachos me caen bien, incluso si Miguel Tormentas entra en depresión, se olvida del azul Yves Klein, gira al blanco y manda a sus perritos a otra dirección intergaláctica. Incluso así. Cómo se nota que estudiaron filosofía, carajo.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 22:43 0 comentarios
Más domingo
El Parque México tiene una atmósfera de época dorada caída en desgracia. Estas columnas son el mejor ejemplo (que encontré) de lo que digo. Y también: la gente condechi.
Por otra parte, he estado pensando en lo antinatural que resulta vivir en esta ciudad. Y la gente todavía se ufana de habitar este pozo de miseria, como si los "chilangos" fueran héroes sólo por soportar las continuas obras viales, los asaltos, el tráfico pesado a la hora de salida de las oficinas, la contaminación, la cada vez mayor escasez de servicios en zonas como la Del Valle, la falta de estacionamientos y, en suma, la imposibilidad de llevar una vida verdaderamente humana, en la que uno pueda ver y estar con su gente, pasear con tranquilidad por las tardes, disfrutar las cosas buenas, etcétera. Héroes, ja. Yo prefiero ser un simple mortal si cada día, al caer la tarde, puedo disponer de algunas horas para mí, para la gente que quiero.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 05:44 4 comentarios
viernes, 15 de febrero de 2008
Remodelación por temporada
El blog de una actriz tiene una novedad. Los demás, no. Éste de los falsos camaleones, varias. Eso es todo.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 15:07 0 comentarios
Avisos de ocasión
Vendo boletos para el concierto de Café Tacvba.
Lugar: Palacio de los Rebotes.
Día: miércoles 12 de marzo
Vendo boletos para el concierto de Aleks Syntek.
Lugar: Teatro Metropolitan
Día: lunes 25 de febrero
**
El plus de comprarlos conmigo: una linda sonrisa a cambio de su compra (sin cargo a su tarjeta).
Más datos, con su ejecutivo de ventas.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 10:11 0 comentarios
Despertar del sueño
Se levantó de un brinco. Estaba sudando (cosa que no era rara en él) y las manos le temblaban (esto sí que era novedad). Lo primero que hizo fue tomar una bolsa de papel estrasa que poco antes había adquirido junto con un sándwich de lechuga y queso. Con ella en una mano y con una de sus camisetas viejas sobre su boca y nariz, Tinajero atrapó los pedazos inertes del falso camaleón que se descomponía sobre el piso. Decimos que los atrapó porque las partes ya no constituían una unidad, y por esto fue preciso que Tinajero realizara varios movimientos para hacerse de lo que antes fuera uno de sus más queridos y falsos (y estúpidos) camaleones. Llevó el paquete de restos mortales hasta el escusado, pero luego se arrepintió. "Hay que darle santa sepultura", pensó. "¿Pero cómo?", se preguntó. Y entonces se hizo el silencio. Cuando jaló de la palanca, el agua hizo un remolino suave. Tinajero imaginó que así debía haber sido el principio del universo: como un remolino suave en el centro de un inodoro. Elevó una plegaria atea hasta la constelación de Escorpio y luego bajó la tapa del retrete.
Acto seguido, Tinajero no se sentó ahí a meditar sobre lo hecho. Eso hubiera sido normal en cualquier otra situación. Sin embargo, esta vez había soñado, y no sólo eso, sino que recordaba parte por parte el sueño de esa noche. Así que agarró papel y pluma, se colgó una camisa medio limpia sobre los hombros y, sin tomarse la molestia de ponerse unos pantalones (o cuando menos unas bermudas de turista), salió por la puerta de la habitación 305 usando solamente unos boxers de rayas verdiblancas. Iba totalmente descalzo, como suelen ir los locos, los mendigos y algunos monjes de distintas religiones (que son locos y mendigos por partes iguales).
Los falsos camaleones se lanzaron miradas inquietas entre ellos. El sol entraba a raudales por la ventana abierta. El aire se respiraba fresco. Tinajero finalmente había encontrado un cabo para amarrar su historia. No había tiempo que perder.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 01:50 1 comentarios
jueves, 14 de febrero de 2008
Cosas que veo a diario
Cuando Tinajero se levantó al baño, tuvo un momento para respirar, para alejarse del tumulto de ideas que se agolpaba en su cabeza como si se tratara de una manifestación de proletarios maltratados (y es que Tinajero había descuidado a tal punto sus ideas que éstas sufrían bajo el yugo de unas categorías aplastantes). El frío de las baldosas se clavó en la planta de sus pies. Motivado por esta sensación, o quizá por los ánimos revolucionarios de alguna idea remanente, Tinajero recordó el título que había pensado para la columna de algún periódico: "Cosas que veo a diario". Enlistó los siguientes elementos, a sabiendas de que luego eliminaría o editaría unos cuantos:
- Militares
- Niños que piden limosna
- Limpiaparabrisas
- Choques o rastros de choques
- Vehículos de la policía
- Sangre (real o fotografiada)
- Mis manos
- El cielo
- Perros o gatos muertos en alguna avenida grande
- Infracciones de tránsito
- La página en blanco
- Banquetas irregulares
- Construcciones
- Destrucciones
- El cadáver de un falso camaleón
Llegando a este punto, Tinajero jaló la cadena y el agua se llevó sus orines diluidos. Con pasos vacilantes, regresó hasta su silla, nuevamente convertido en el Sísifo de su propia novela. Se abandonó al abrazo del mimbre mullido y, en menos de cinco minutos, los ronquidos arrullaban a la veintena de falsos camaleones que velaban el cadáver del difunto. La peste ya era insoportable.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 10:47 1 comentarios
sábado, 9 de febrero de 2008
Inventario
Así que Tinajero se dispuso a hacer un inventario de sus falsos camaleones: los pasados, los presentes, los que estaban por venir. Se levantó finalmente del colchón -que ya parecía balsa humedecida por agua salada de mar, y todo por efecto de su transpiración-, se ensartó una vieja camiseta -sin mangas y con manchas de sudor alrededor de las axilas- y se asomó por la ventana. Creyó ver un océano allá fuera: era su vida y la vida bulliciosa de los otros, no más.
Sentado frente al escritorio, Tinajero sacó papel y pluma. Primero trazó una línea recta, pero luego la tachó. Escribió su nombre completo, y luego lo tachó. Anotó el abecedario, sólo por llenar de manchas esa hoja: también lo tachó. Se rascó la cabeza un par de veces. Se balanceó en la silla en cinco o seis ocasiones. Tomó el cuaderno y arrancó la página sobre la que estaba trabajando, la hizo bolita y la aventó hacia atrás. Jugó con la pluma entre sus dedos. Enredó sus dedos en los rizos de su cabello varias veces y después, durante cinco minutos de eternidad, su mirada se fundió con la pared blanca de la habitación.
Tinajero recordaba a los falsos camaleones de su pasado con una precisión asombrosa. Conocía sus nombres y sus manías, sus olores, su forma de caminar o de sentarse a comer. Sabía lo que esperaban del futuro, y sabía que él no estaba en el futuro de ninguno de ellos -lo supo desde siempre. Una nube gris encapotó el cielo. Tinajero quiso sacudirse del cuerpo las marcas de esos falsos camaleones. No pudo. Tinajero cerró el cuaderno, lo hizo a un lado, puso las manos sobre el escritorio y dejó caer su cráneo sobre ellas.
El cadáver del falso camaleón seguía en el piso. Los gusanos se habían apoderado de él.
***
N.delE.: Quien pueda entender, que entienda, dice la Biblia. Yo digo que en un momento más me iré a bañar. Asistiré a un baby shower.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 12:30 0 comentarios