Un incendio prendió entre los matorrales. Nadie acudió a apagarlo porque a nadie le importa que arda el desierto.
sábado, 30 de septiembre de 2006
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Una vez que hubo encontrado su camino, Tinajero el navegante llamó a sus falsos camaleones, los metió en una jaulita de hierro forjado, levó ancla, izó las velas y se hizo a la mar. 'En otros lares', pensaba para sí, 'estos falsos camaleones vivirán mejor'.
Un incendio prendió entre los matorrales. Nadie acudió a apagarlo porque a nadie le importa que arda el desierto.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 21:32
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