Um sechs Uhr, klingelt der Wecker.
Tiritas de frío.
Un halb drei, isst du.
Tiritas de pescado empanizado.
Am Sontag, liest du die Zeitung.
Tiritas de papel.
jueves, 30 de octubre de 2008
Tiritas
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 09:02 1 comentarios
miércoles, 29 de octubre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
Die letzten Tage
Se acaba octubre. Hace un frío de enero, pero se acaba octubre. Quiero hibernar. Todo mi cuerpo está dispuesto a meterse entre las cobijas y a no salir de ahí hasta que la marmota deje de asustarse al ver su sombra. Pero no, claro que no. Rompimos el equilibrio natural y ahora no podemos darnos esos lujos. Trabajo, consumo, deudas, trabajo, consumo, deudas. Se acaba octubre, y lo único que quiero es que no se acabe nunca.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 11:06 0 comentarios
martes, 21 de octubre de 2008
Soy
La típica persona que mete papeles importantes entre las hojas del libro que está leyendo en el momento.
La típica persona que, un día al mes, se angustia porque no encuentra un papelito.
La típica persona que, tras padecer la angustia de ese día, decide (otro día, lejano al primero) sentarse frente a su escritorio y vaciar todos los recovecos (cajones, libros, cuadernos, agendas, bolsos, bolsas, bolsillos) por donde ha ido dejando cartas del banco, anuncios, postales, comprobantes de pago, recordatorios, recibos de honorarios, copias, calificaciones, tareas de alumnas, avisos de juntas, documentos oficiales, boletos del cine, recuerditos de ese día soleado o de la primera noche que...
La típica persona que se consigue una gran bolsa de plástico para depositar las tiritas de papel, después de romper meticulosamente trescientos ochentaidós comprobantes, postales, anuncios, cartas inútiles... etcétera.
La típica persona que, al cabo de la titánica tarea, siente que ha desalojado bastante su lugar de trabajo, pero que todavía sufre la angustia porque, oh mi dios, no ha encontrado el papel por el que inició toda la búsqueda, el reacomodo y la trituración de celulosa.
La típica persona que se promete, en voz baja o incluso en silencio pero con firmeza, que no volverá a meter papeles importantes entre las hojas de un libro.
La típica persona que busca un archivero grande y bonito en una de esas papelerías grandes que parecen supermercados, pero que después no compra porque sabe que tiene uno en su casa y que sólo es cuestión de arreglar bien todas las carpetas contenidas en él.
La típica persona que queda exhausta después de su limpieza de otoño y que ya no quiere saber más de papeles, hojas, folletos, folletines, recortes de prensa, impresos... etcétera.
La típica persona que, después de vivir varias veces esto mismo, sabe que el ciclo se repetirá incesantemente, ineluctablemente, hasta el final de los días o, al menos, hasta el final de sus días.
La típica persona: ésa soy yo.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 12:15 3 comentarios
Hoon, honey, bees
Descanse en paz, Shannon Hoon (26 de septiembre, 1967 - 21 de octubre, 1995).
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 10:15 0 comentarios
Cierto plagio en mi blog
Anoche, al salir de mi clase de alemán, abordé el Metrobús, como siempre lo hago (o casi, porque en ocasiones hago cosas diferentes, por paranoia o porque no puedo atarme a una rutina o simplemente porque la vida tiene variaciones y quién es uno para impedir que éstas ocurran). Traía el celular en la mano (iba a llamar a una amiga en ese momento, pero postergué la llamada hasta que me hubiera acomodado), el iPod en el bolsillo de la chamarra (para cuando terminara de hablar con mi amiga) y un libro en la mochila (por si, además, se me antojaba leer algo durante el trayecto). Cargaba, también, una lata vacía de esos tés que venden, cuyo nombre me hace pensar en Amazon, aunque me parece que se llaman Arizona. Era de fresa con kiwi. Por lo general, consumo el de té verde con miel; ayer me atreví a probar un nuevo sabor. Me gustó. Traía, pues, las manos llenas. Sonó entonces el ruido que avisa que las puertas se cerrarán. Dos muchachos llegaron corriendo a la puerta y se detuvieron antes de entrar, pensando tal vez que las puertas los prensarían y que viajarían con medio cuerpo de fuera hasta la siguiente estación, cosa que no debe ser cómoda y que tampoco debe ser muy probable, pero uno a veces se imagina ese tipo de situaciones e incluso se ruboriza, bien sea por las consecuencias del suceso imaginario o por el mismo hecho de estar fantaseando con eventos tan improbables y, por qué no, ridículos. Al instante, el hombre que viajaba delante mío dio un brinco y se sentó en el asiento junto a la puerta: vio a los muchachos y les hizo gestos, yo diría, de amenaza. Los dos muchachos no reaccionaron, o no con aspavientos, sino sólo con miradas de extrañeza. Cuando el hombre del brinco y de los gestos de amenaza comenzó a hacer otros movimientos y a hablar con gente que no estaba ahí, me acordé de Guillermo, de sus historias de Metrobús. En particular, recordé "Cierta locura en el Metrobús". Hubiera querido estar leyendo algo en el momento que vi al hombre dar el brinco a la ventana, para que entonces todo este relato tuviera como contrapunto una narración ingeniosa y quizá genial, una que explicara la locura con la que nos topamos, cada vez con más frecuencia, en las ciudades donde todos somos extraños y estorbos y locos para otros locos estorbosos. Pero no, no estaba leyendo. Sólo recordé que había leído. También pensé que, si llegaba a escribir esto, tendría que darle crédito a Guillermo. No sé si lo haga. Después de todo, esto es sólo cierto plagio en mi blog.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 08:52 1 comentarios
viernes, 17 de octubre de 2008
Süsse Träume.
Ich bin müde. Ja. Ich muss jetzt schlafen. Guten Nacht und bis Morgen.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 00:17 0 comentarios
jueves, 16 de octubre de 2008
No hay nadie como tú
¿No les ha pasado que, entre mucha música mala que pasan en la radio, de pronto, un día cualquiera, escuchan algo que les gusta, no saben por qué, y deciden bajar la canción para escucharla otra vez y, cuando lo hacen, cuando descargan el archivo y lo abren, descubren que sí, que sienten una atracción indescriptible por la rola, algo así como una adicción por el ritmo, los arreglos, las percusiones, tal vez la letra, pero sobre todo por el conjunto, y entonces la vuelven a escuchar y la vuelven a escuchar y la vuelven a escuchar, tantas veces que imaginan a sus vecinos desesperados al verse sometidos a oír una repetición incesante de acordes y palabras, a veces a todo volumen, otras sólo como un sonsonete o un run run que no para y que no saben cuándo parará o si acaso algún día se detendrá y que incluso ya no saben si quieren dejar de escucharlo, aunque eso significara estar por fin en paz y en silencio? Es decir, ¿les ha pasado?
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 14:39 3 comentarios
miércoles, 15 de octubre de 2008
Oktober
Ojalá todo el año fuera Octubre. Cielos azules, viento frío, sol.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 10:10 2 comentarios
viernes, 10 de octubre de 2008
No sé a ustedes, pero a mí...
Me saca de onda que los mismos periódicos que hablan de la crisis estén plagados de anuncios de bancos y agencias automotrices que quieren vendernos sus productos a como dé lugar.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 17:28 1 comentarios
jueves, 9 de octubre de 2008
Atchú-ju
Soy alérgica a las mañanas.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 06:04 2 comentarios
miércoles, 8 de octubre de 2008
Vencedores y vencidos.
En breve —esto es, en cuanto me tome un descanso—, escribiré mis impresiones sobre la representación de La Orestiada que vimos anoche en el Julio Castillo, a cargo del Deutsches Theater. Gran cosa. Gran, gran cosa. Mucha sangre, crímenes y venganzas y más crímenes y más sangre y pisos resbalosos por la sangre y cuerpos desnudos y brillantes por la sangre que caía en cascadas desde los altos cielos de los héroes y las heroínas que mueren envueltos en sangre como la sangre de los mortales pero más roja y más brillante su sangre.
Pero, como dije, antes tengo que seguir trabajando. Luego escribiré, porque no es poco lo que quisiera decir.
Fotografía de La Jornada.
Tun, leiden, lernen.
Tun, leiden, lernen.
Tun, leiden, ...
Tun, ...
...
Frieden für immer.
¡Frieden für immer!
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 08:51 3 comentarios
martes, 7 de octubre de 2008
Curiosidad infantil
—Mami, ¿qué es sexy?
Silencio.
—Mami, ¿qué es sexy?
Miradas de los pasajeros hacia la mujer y su hija, una niña de cinco o seis años. Respuesta inaudible de la madre. Mi curiosidad crece, segundo a segundo. De manera imperceptible, sonrío. Me pregunto, qué habrá contestado esta señora.
—¿Atractiva? ¿Y qué es atractiva?
Casi es momento de abandonar el trolebús. Espero que conteste antes de apearme.
—Aaaaaaahhh.
El misterio sólo puede ser revelado a los sexys de corazón.
Esquina bajan.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 14:16 2 comentarios