Compré dos libros:
De nuevo, el amor, de Doris Lessing, que promete ponerme de buenas y cuyo título podría ser la anunciación de algo.
Diccionario de nombres propios, de Amélie Nothomb, con el que confirmo mi adicción por la prosa autobiográfica de esta escritora muy belga, muy nipona, muy cosmopolita.
Como ya estaba ahí, también adquirí:
el número 6/7 de Cuaderno Salmón, para hacerle caso a Guillermo, de una vez por todas.
Y, de paso, hice compras post-navideñas:
Un libro de recetas.
Un Moleskine pequeñito.
Hastiada de tantas cosas que no he leído y que jamás leeré, hastiada de mí y de todo, pagué con mastercard, sonreí a la cajera y me fui con una bolsa. Sobre una plasta roja, las letras mienten: "EN EL FONDO, TODOS LEEMOS". Bah. En el fondo, todos sufrimos. Y nos vale madres.
domingo, 6 de enero de 2008
En el fondo, ¿qué?
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 14:19
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1 comentario:
En el fondo, capaz que sí es como dice Woody Allen: la única manera de ser feliz es que te guste sufrir [y leer].
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