Primera versión.
Ella dice: "¡Ve a chingar a tu madre!"
Yo contesto: "¡Eso hago!"
Mi madre y yo caemos al suelo, muertas de la risa.
Segunda versión.
Me grita, enrojecida, a pleno pulmón: "¡Eres una hija de la chingada!"
Yo contesto, tranquila: "Lo sospechaba, pero... gracias por despejarme la duda, mamá".
miércoles, 1 de agosto de 2007
Pleitos familiares
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 22:48
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario