miércoles, 6 de junio de 2007

Buenas frases

Capítulo once, páginas 48 y 49 de la sexta edición en "Compactos", de Anagrama (enero de 2006). Houellebecq o la forma narrativa:

"Esta progresiva desaparición de las relaciones humanas plantea ciertos problemas a la novela. ¿Cómo acometer la narración de esas pasiones fogosas, que duran varios años, cuyos efectos se dejan sentir a veces en varias generaciones? Estamos lejos de Cumbres borrascosas, es lo menos que puede decirse. La forma novelesca no está concebida para retratar la indiferencia, ni la nada; habría que inventar una articulación más anodina, más concisa, más taciturna".

¿Lo logrará? No lo sé. Acabo de terminar el capítulo 12 (o el 'apartado' número 12: fragmentos tan anodinos, concisos y taciturnos no parecen llevar bien un apelativo tan grave). Lo intenta, eso sí, y lo va logrando.

Fin de la primera parte. Páginas 55 y 56. Houellebecq o el retorno del desasosiego portugués:

"He vivido tan poco que tengo tendencia a pensar que no voy a morir; parece inverosímil que una vida humana se reduzca a tan poca cosa; uno se imagina, a su pesar, que algo va a ocurrir tarde o temprano. Craso error. Una vida puede muy bien ser vacía y a la vez breve. Los días pasan pobremente, sin dejar huella ni recuerdo; y después, de golpe, se detienen".

(Este tipo me cae bien.)

"Otras veces tengo la impresión de que conseguiría instalarme de forma estable en una vida ausente. Que el hastío, relativamente indoloro, me permitiría seguir llevando a cabo los gestos habituales de la vida. Nuevo error. El hastío prolongado no es una posición sostenible: antes o después se transforma en percepciones claramente más dolorosas, de un dolor positivo; es exactamente lo que me está pasando".

(Sí, me cae francamente bien.)

2 comentarios:

Guillermo Núñez dijo...

Al rato va a resultar que te gusta Eggers y McSweeneys.

María Fernández-Aragón dijo...

O, quién sabe, hasta podría gustarme lo que escribe un tal Íñigo. Pero no, no creo. Mi laxitud no da para tanto.