miércoles, 30 de mayo de 2007

Volutas de humo

A las once cuarentaicinco exactas, reloj en pantalla, me declaro en huelga: hoy yo no trabajo.

Ah, los lujos del freelance. Bendita sea mi profesión. ¿O es mi estilo de vida? Ni idea. ¿Cuál es la diferencia? (...) ¿Seré mediocre? ¿Por qué pensarlo en futuro? ¿Qué acaso no lo soy ya? Bah. Niñerías. Hay un ánimo festivo en el mundo desde ayer noche, y no pienso dejarlo pasar. Las parejas pelean en las calles (él vestido de traje y ella con mochila al hombro, o él con shorts y playera y ella muy maquillada). Lo hacen por un solo motivo: la reconciliación.

Dulce es la reconciliación: sabor sudoroso, pieles yuxtapuestas, labios húmedos y turgentes, pechos contra pechos, caderas que repiquetean los cadenciosos 'tedeseo'/'teamo'/'tedeseo'/et al. A mayor intensidad en los gritos bélicos, más decibeles tendrá ese orgasmo final. (Fórmula aprobada por la Asociación Internacional de Apoyo a Parejas Beligerantes que Siempre Terminan Cogiendo. El coito no sustituye la comprensión psicoemocional entre la pareja. Consulte a su médico. Coma pepinos y papayas. Permiso SEGOB inexistente).

Me quito la sudadera y me quedo en playera sin mangas, viendo de soslayo mis brazos semi-bronceados por el sol torreonero de mi infancia: cuajados de pequitas tímidas que no se atreven a ser gitanas, manchitas sobre el hombro, geografías de lagos lunares...

'Cuando dios le da a uno un don, también le da un látigo, y ese látigo es sólo para autoflagelarse'. (Citado de memoria de Música para camaleones de Truman Capote).

Soy actriz. ¿Soy actriz? ¿Quiero ser actriz o soy actriz? ¿Desde cuándo o cómo fue que me convertí en eso, si acaso tal metamorfosis ocurrió en mí? O no. Tal vez no. 'Quizá sólo haya vivido como una lagartija a la que cortan el rabo, y sólo sea el rabo moviéndose más allá de la lagartija'. No, no, que ése es Pessoa. Dicho lo cual, se me antojó un tabaco. Ya vuelvo.

(Intermedio musical: french púduls bailando can-can).
Aquí posteo una foto de David Lynch. ¿Purrcuá? Parsque ce com sa.



Y bueh. La salida al mundo, a comprar tabacos, me ha dejado exhausta, pringada la mente con imágenes molestas: hombres y mujeres vestidos de trabajo, con sus trajecitos limpios y sus peinados de secadora a las seis de la mañana para salir antes de las siete porque el tráfico está cada vez más cabrón. Pagué mis camellitos y unas salchichas. Creo que tengo hambre.

Esto de articular algo con mis pensamientos desarticulados resulta catártico a la vez que incoherente. No pretendo más que decir lo que digo, y digo que no pretendo decir más nada.

Pienso cosas. ¿Pienso cosas? I mean, 'cosas'? Uno piensa... ¿'cosas'? No lo sé. Me inclino a pensar que no, que uno no piensa cosas, sino pensamientos, en cuyo caso el acto y el objeto se identificarían, como dicta la filosofía realista: en el acto de ver se identifican lo visto y la potencia actualizada. Algo así. Nunca entendí bien. Les regreso mi título, si quieren. Pero, ¿para qué querrían un título de regreso? Además, yo no comulgo con la tradición aristotélico-tomista al cien por ciento. Soy más una idealista kantiana que piensa que el mundo está acomodado porque nosotros lo acomodamos así. Lo cual, yendo más lejos, podría dar lugar a la siguiente idea: Dios ve al mundo como algo bueno, aunque nuestra perspectiva nos haga pensar que el mal abunda. Fernando Vallejo, si mi hipótesis es cierta, estaría ubicado en un punto de vista muy desfavorable. Alguien que le diga, por favor, que se mueva. O por lo menos que alguien le diga a los universitarios que se ríen y le aplauden y lo festejan que están entronizando a quien los denigra. O no, mejor que todos se queden callados. A mí qué (me importa).

Hace rato, cuando dije que iba por tabacos, fui en realidad al baño. Y estando ahí, leí una frase que me hizo reír sonoramente: 'Un senegalés que echa de menos el Senegal de antaño es un nipón que no sabe que lo es'. La premisa mayor era ésta: 'Toda nostalgia es nipona'. Como el libro de Amélie Nothomb no tiene pretensiones de tratado de lógica, no hay premisa menor (y si la hubiera, no me interesa buscarla y/o transcribirla).

Yo, que tengo un pasaporte donde se lee 'Señas particulares: melancolía', me siento atraída por la narración de Nothomb. Siento que estoy ya dando en el clavo, que esto podría derivar en un texto menos deconstruido, más armado. Y me asusto. Y llego, antes que otra cosa suceda, al punto final.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No puede ir en 'Crítica de la razón impura' porque es absolutamente personal. Tendrías que extraer algo de tu texto (quizá la teoría de coger en lugar de reconciliarse por la vía del diálogo), generalizarlo, matizarlo y escribirlo allí. ¿Que no se notó el tono semiserio / pero-te-estoy-tomando-el-pelo de mi introducción?
Por lo demás, hace mucho que no te leía un texto tan libre (me volví a reconocer en el "coma pepinos y papayas", mitad tú y mitad yo).

María Fernández-Aragón dijo...

Es muy difícil ser libre en estos tiempos de libertinaje. Todo es tan confuso que... Ay, ya no sé. Esto también podría ir en la 'Crítica'.

Sobre qué sí y qué no, estoy acsoluctamente de acuerdo. Y también en esto: en que te amo y me amas y nos amamos.

María Fernández-Aragón dijo...

Por otra parte... ¿quién es el pepino y quién es la papaya? ¿O era 'un decir'?

Selma Sultana dijo...

Nadie me preguntó, ya sé, pero yo voto porque el legal diga "coma papayas", sólo así.