Caminaba por un pasillo del aeropuerto, mucho antes de que saliera mi vuelo. Creo que iba subiendo las escaleras eléctricas, pensando qué revista compraría ahora para pasar el tiempo. Fue entonces cuando me golpeó, como piedra o como escupitajo que tiran desde lo alto de un balcón, right in the eyes. Es la vaga sensación, pero muy cierta, de estar enamorada de ella y de su forma de escribir lo que vive. Me ha transformado en un personaje literario. Parpadeé y me sentí súbitamente mareada. No podía enojarme, no. Aparte de mi existencia, por demás vulgar y cotidiana, ella se ha encargado de darme otra, donde lo que digo y hago está siempre mejor dicho, mejor hecho.
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