Los cuerpos, separados, se vuelven a unir. La noche reposa. Las mentes, inquietas, sufren pesadillas. No importa: por la mañana te besaré en la mejilla. Luego me iré.
martes, 3 de octubre de 2006
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Una vez que hubo encontrado su camino, Tinajero el navegante llamó a sus falsos camaleones, los metió en una jaulita de hierro forjado, levó ancla, izó las velas y se hizo a la mar. 'En otros lares', pensaba para sí, 'estos falsos camaleones vivirán mejor'.
Los cuerpos, separados, se vuelven a unir. La noche reposa. Las mentes, inquietas, sufren pesadillas. No importa: por la mañana te besaré en la mejilla. Luego me iré.
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 23:57
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