sábado, 21 de octubre de 2006

Ligera llovizna nocturna

Amanezco sin saber dónde ni qué ni quién. Paseo la mirada por toda la habitación. Vuelvo a cerrar los ojos. Sueño.

- ¿Has visto cómo duerme?

Despierto nuevamente. Todo sigue igual. Nada se ha movido. Vuelvo a cerrar los ojos. Sueño.

- Tiene la cara de un maldito ángel.

Despierto nuevamente. Algo se talla contra la ventana del cuarto. No puedo levantarme. Vuelvo a cerrar los ojos. Sueño.

- Los gatos están en celo otra vez.
- Eso veo.

Despierto nuevamente. Hay ruido detrás de la puerta. Un olor a comida llega a mi nariz. Incapaz de mover los labios. Vuelvo a cerrar los ojos. Sueño.

- Hice pasta.
- Habrá que guardarle un poco... para cuando despierte.
- Si despierta.

Despierto nuevamente. Es de noche. Alguien ha dejado un plato con comida en el escritorio. No sé qué comida es. Vuelvo a cerrar los ojos. Sueño.

- Me gusta.
- Lo sé.
- A ti también.
- Lo sé.

Despierto nuevamente. Cae una ligera llovizna nocturna.

- Digamos que es un surmenage à trois.
- Deja en paz los juegos de palabra.
- Los dejo en Paz.
- Ahí vas otra vez.
- Fue la última, lo juro.

Vuelvo a cerrar los ojos. Sueño.

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