Desde el mero principio, no creí en la marcha contra la inseguridad que tuvo lugar hace unos días. Y no creí en ella porque no sé qué quiere la gente. "La gente". ¿Qué queremos? ¿Más policías, con ululantes sirenas que distraen al más atento Ulises, que dan vueltas y vueltas alrededor de mi cuadra para... espantar cucarachas y alterarme el ánimo? ¿Más hombres de azul armados con metralletas, listos para detener a "maleantes" o para asustar a civiles que regresan a sus casas después de una noche de fiesta o de una tarde de trabajo? ¿Más limpias de narcotraficantes, cuando los inocuos marihuanos nomás quieren su hierbita para paliar el tedio existencial... y el presidente no los deja porque, puf, quién sabe por qué? ¿Queremos más rejas, más alambres de púas, más teatrito en el que las autoridades hacen como que hacen pero no hacen más que sacarse los mocos, comerse una torta y hablar con el peor español que pueda usted escuchar en el país? ¿Queremos más... qué?
Yo sólo pido menos ("menos es más", como solía decir el buen Mau en las clases de actuación). Menos desigualdad, menos acumulación de la riqueza, menos abusos de poder, menos ambiciones estúpidas de la gente. Estamos rodeados de espejismos, pero... pero... ¿ES QUE ACASO NADIE SE DA CUENTA DE ESO?
Estoy hasta la puta madre de las cadenas con supuestos mensajes del papá del tristemente fallecido Fernando. O hay una revolución cultural (educativa) en este país o nada cambiará. Si no están dispuestos a pagar el precio del cambio, you'd better shut up, you'd better shut up, you'd better shut up I'm telling you why: Santa is not coming to town.
jueves, 4 de septiembre de 2008
To tell the truth...
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 08:29
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