Me comieron la lengua, sí, ¿y qué? Cuando no hay nada que decir, lo mejor es no decir nada.
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Una vez que hubo encontrado su camino, Tinajero el navegante llamó a sus falsos camaleones, los metió en una jaulita de hierro forjado, levó ancla, izó las velas y se hizo a la mar. 'En otros lares', pensaba para sí, 'estos falsos camaleones vivirán mejor'.
2 comentarios:
Sólo esperemos que no le coman también los dedos... entonces ahí si será un problema: !no tendremos nada que leer!
Se ve que has estado en contacto con el arte de callar.
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