Sácala trácala. Nada que decir. Tinajero volvió seco de pensamientos a su cuarto. Cual desierto. Cual tejado de zinc bajo el sol fulminante de Oklahoma. Cual cubierta de barco sin estrenar. Cual trapeador envuelto para regalo. Seco.
Tinajero se tiró en la tina, se comió una tuna y se tumbó a dormir.
A la medianoche, por las cortinas cerradas se metió un rumor de samba y mambo. Un ruido como de pies con hormigueos. Bombom... bom-borim bombom.
jueves, 17 de abril de 2008
Bombom bom-borim bombom
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 09:43
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