martes, 1 de enero de 2008

[Tinajero's Scraps 13]

[1. A.H.W.O.S.G., p.417]

Death, like so many great movies, is sad.
The young fancy themselves immune to death. And why shouldn't they? At times life can seem endless, filled with belly laughs and butterflies, passion and joy, and good, cold beer.
Of course, with age comes the solemn understanding that forever is but a word. Seasons change, love withers, the good die young. These are hard truths, painful truths--inescapable but, we are told, necessary. Winter begets spring, night ushers in the dawn, and loss sowns the seeds of renewal. It is, of course, easy to say these things, just as it is easy to, say, watch a lot of television.

[2. About getting old]

De 1978 a 2008 hay un lapso inequívoco y ominoso de t-r-e-i-n-t-a-a-ñ-o-s. Así comienza mi muerte. Aquí. No quiero que esto suene trágico. No es como para que venga alguien a decirme: "Hey, no seas trágica". O también: "Hey, no hagas dramas". Pueden hacerlo, pero están avisados: no es drama. No soy trágica. Es como llamar al pan "pan" y al vino... "vino". Por cierto, en mi vida todavía hay cerveza buena, y fría. Alemana. Paulaner. ¡Mmmh!


[3. About Tinajero's reading endeavours]

Hoy leí El sabotaje amoroso, de Amélie Nothomb, publicado por Anagrama (en una traducción no gachupinizada, a dios gracias, que incluso se anima a usar la expresión 'tiquismiquis', que por cierto, proviene del latín macarrónico... y cuya etimología, de momento, no nos interesa, ¿o sí?). Me recordó -quizá por la edad de los personajes, quizá por otros detalles- una novela de Álvaro Pombo, que leí por recomendación de mi amigo L.X., a quien estimo enormemente: Aparición del eterno femenino contada por S.M. el Rey. También me recordó Biographie de la faim, pero esto se debe solamente a que ése es otro libro de la misma autora. Por último, me recordó a Mario Gensollen, y esto se debe a que la Nothomb menciona a Wittgenstein un par de veces (o más), y Mario Gensollen es la única persona que ha intentado hablarme de Wittgenstein (sin éxito).

En El sabotaje amoroso, la Nothomb cuenta una historia de niños (la suya). Es decir, una historia cruel. Con guerra entre niños no-alemanes vs. niños de Alemania del Este. Con orines y vómitos. Y violencia. Mucha violencia. También: con amor no correspondido. O admiración, una admiración reverencial ante la belleza absoluta, la incólume perfección física de una niña de 6 años (italiana con ascendencia indoamericana, llamada Elena; sí, como la de Troya), reconocida por una niña de 7 años (belga, nacida en Japón, doblemente exiliada en China). Dice en la contraportada del libro: "Un cuento de brujas en lugar de un cuento de hadas. Ingenio, brutalidad, provocación, humor, palabras cortantes y fórmulas paradójicas: Amélie Nothomb escribe con el filo de un cuchillo. Con una furiosa pureza y una perversa inocencia" (Renaud Matignon, Le Figaro). Y sí, todo eso es cierto. Sólo me saca ronchas que, para describir a muchos jóvenes autores, se usen oximorones como "furiosa pureza" o "perversa inocencia". Aunque creo que vienen a cuento. La siguiente frase está en la p.32. No es ejemplo de lo anterior. Sin embargo, me gustó.
¿Acaso todavía hay mentes lo bastante ingenuas para pensar que las teorías sirven para ser creídas? Las teorías sirven para irritar a los filisteos, para seducir a los estetas y para que los demás se rían.
Lo propio de las verdades desconcertantes es que rehúyen cualquier análisis. Vialette escribió esta maravillosa frase: "El mes de julio es un mes muy sensual." ¿Acaso se ha dicho alguna vez algo tan cierto y tan desconcertante sobre el mes de julio?

[4. Moleskine]

Dream no.9:
Sólo recuerdo a Martín Acosta.


[5. Early desert riding]

Éste es el lugar al que no voy a volver. A las siete y media de la mañana, una tolvanera levanta el polvo en la carretera a San Pedro de las Colonias. Un perro es devorado por diez, quince zopilotes sobre el asfalto. Temo que no se quiten cuando pase. No se van a quitar, no se van a quitar, no se van a... Vuelan. Paso sobre el perro, paso debajo de los zopilotes, a noventa kilómetros por hora. Noventa, noventaycinco, cien, cientodiez, cientotreinta, cientoveinte, noventaycinco. Un perro (vivo) está a un lado del camino. Va a cruzar. Temo que cruce cuando yo pase. Va a cruzar, va a cruzar y lo voy a matar, sin querer lo voy a matar, no me va a dejar otro remedio que matarlo, no voy a poder esquivar al... Paso antes que el perro. El perro pasa detrás de mi auto, pasa antes que otro auto que tampoco lo mata. Los perros -pienso- cruzan la carretera como si no hubiera mañana. Para un perro que vive a la orilla de una carretera, cruzar la carretera es cosa de todos los días. Hay que cruzar la carretera como si no hubiera mañana. Whatever that means.

Una camioneta frena bruscamente delante de mí. A diez, quince metros de distancia. Humo de neumáticos sobre asfalto. Vuelta en U. El conductor está ebrio. Los pasajeros que viajan en el cajón están ebrios. Yo no.

El polvo es el fino pelambre del desierto. Pelambre erizado. Pelambre que se levanta, eléctrico. Ondulaciones del ánimo. Un arbusto del desierto pasa delante de mi auto. Otro arbusto del desierto pasa detrás de mi auto. Mi auto pasa a través del desierto como una mancha roja. Törrión es el lugar al que no he de volver jamás.


[6. Random thoughts]

claustrofobia
ejido / cielo / azul cobalto
cadáver
adobe
carlos real
raimundo
vacas / vacas copulando / vacas hacinadas

1 comentario:

Selma Sultana dijo...

[2] Te tengo noticias: tu muerte comenzó hace 4.33 años.
Está científicamente comprobado que dejamos de crecer y empezamos a envejecer (o a morir, para ponerme tan no-dramática como tú) al cumplir 25.
Conclusión, cumplir 30 no es big deal.