Ésta es mi casa. Mi casa es fría, y tiene las paredes pintadas de amarillo. Las puertas son verdes. Entra poca luz por las ventanas. En el refri no hay comida. Es una casa pequeñita. Es mi casa. Y, como es mi casa, yo pensaba que la conocía. Pensaba que me sabía sus variaciones de luz, que la había visto bien, lo que se dice bien. Y no. No sabía cómo se veía a las 3:13 de la tarde, con esas ganas de decirte algo. No sabía cómo olía con tu permfume. No sabía nada. Ahora tampoco sé bien, porque acabo de abrir los ojos y sólo tengo una imagen enfrente. Es el brillo de una tarde de invierno. Es mi vida, y me gusta.
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1 comentario:
no sabía nada de tu casa y seguiré sin saberlo, no sabría cómo abrir tus palabras y andaré sin saberlo. Un saludo de los peñazcos y me despido con un pellizco.
Haber si esta vez usted desponde algo.
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