[1. Red flares in the desert]
[Rough draft in Tinajero's mind:
Bloody sky over Matamoros.
Estoy en Matamoros. El turista, si va en automóvil, tiene pocas alternativas para llegar al primer cuadro de la ¿ciudad? Una calle. Con semáforos. Y con policías que siguen o contradicen los semáforos. Mucho tráfico para un lugar de novescientos noventa y tres mil habitantes. Creo. Es decir, creo que ésa es la cifra, pero no lo recuerdo bien.
La gente en las aceras mira al interior del automóvil. Me miran. Observan mi cabello. My unruly hair. They don't stare. They're shy, although they're curious. As curious as I am. Yo los observo a ellos. Observo su piel, sus ojos, su fatiga. Hay una fatiga inmensa en los brazos y en las piernas y en los abdómenes de estas personas. Sí, ellos están cansados. Y yo también.
El auto avanza pocos metros y se detiene. Luego otra vez. Y otra. Y otra más. Ahí está la iglesia. Frente a ella, un estacionamiento. "Matamoros. Futuro de la Laguna", decía un letrero a la entrada. Como para poner los pelos de punta. Como para detestar el futuro y preferir lo viejo por sobre todas las cosas.
Hoy por la noche, cuando esté lejos de estos salones de fiesta de Matamoros, cuando haya llegado a la casa y haya echado doble llave a la reja de la entrada, cuando traiga puesta mi pijama y me mire en el espejo, pensaré en las cumbias, en los hombres y en las mujeres moricidas (gentilicio improvisado), en sus reuniones sociales que -un día y otro también- aparecen en el periódico de la región, siempre, en el lugar de honor, el lugar de costumbre, su espacio reservado: la nota roja. Hoy por la noche, cuando escuche el crujir de una puerta de madera, una pistola se habrá detonado. En Matamoros. Coahuila.]
domingo, 30 de diciembre de 2007
[Tinajero's Scraps 9]
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 19:37
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