Esta vez soñé de noche. Tal vez por eso no fue una pesadilla, sino sólo un sueño. Agotador, sí, pero un sueño amigable, a fin de cuentas.
Estoy en el teatro. Es posiblemente el Teatro Nazas, pero no es el Teatro Nazas. Estoy montando un espectáculo. Tengo que subir y bajar. Tengo que llegar al paso de gato. Tengo que colocar las luces. Es un lugar enorme. Las escaleras están inclinadas. Como en una pirámide. Tengo que ir al baño. Hay un baño en la parte de arriba. Para llegar al baño, tengo que subir escaleras, colgarme de una cuerda, hacer equilibrios al borde del vacío. Llego al baño y no puedo entrar: la puerta está mal hecha. El muro estorba la entrada a los baños. Regreso. Bajo las escaleras, me cuelgo de las cuerdas. Los técnicos del teatro me observan y siguen trabajando.
Tengo que justificar un presupuesto que se me asignó. Tengo que hacer publicidad para el estado de Tabasco. Mando hacer playeras con una leyenda que diga "Tabasco". Las playeras no llegan. Espero las playeras, pero las playeras no llegan. Hay que colocar una manta enorme. Los técnicos se afanan para colocar esa manta enorme. Los actores han salido a comer. Llegan las playeras. Llegan los actores. Las playeras se distribuyen. Hay gente en el lobby del teatro. La función comenzará pronto. Me despierto.
Que éste sea el segundo sueño que sueño sobre un teatro (o en un teatro) me hace pensar que alguien o algo quiere decirme algo sobre algún asunto. Ahora bien, no estoy muy segura de esto.
domingo, 16 de diciembre de 2007
Otro sueño en el teatro
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 11:42
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