Síndrome del nido vacío: cuando los hijos se van... los papás deciden remodelar la casa para que sus polluelos ya no quieran volver. Si se ve la casa muy sola, hay que tirarla para que no se sienta el hueco. Santos remedios, Batman.
Mi casa es un desmadre. De los, digamos, 50 metros cuadrados de jardín que había, ya sólo queda, si acaso, la mitad. Mi cuarto desaparecerá en menos de dos meses. El baño. La sala de la televisión. Los lugares que me vieron sufrir la adolescencia. El techo de dos aguas. Qué sé yo. Ahora, claro, mi papá se construyó un "estudio" en la azotea, muy lindo, mientras que mi hermano y yo, si coincidimos en Torreón, coincidiremos incluso en la misma habitación: dormiremos juntos. ¡Dios!
Así que... ¿feliz o depre? No sé. Esto es Torreón.
jueves, 18 de octubre de 2007
¿Feliz o depre? Sólo Torreón
Publicadas por María Fernández-Aragón a la/s 22:06
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1 comentario:
El espacio es requeteimportante, eso que ni qué.
Aparte una actriz como tú ya debe tener vastos camerinos para sí misma. Tendrás que abrirle los ojos a tu familia, jeje.
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